Dioses, ¡hasta que llegó el final que quería! Pero hubieron muchos celos, muchas lágrimas, muchas peleas, y cuando digo "muchas" es MUUUUUCHAS, hasta que pudieron estar juntos. La relación de Oliva y Caleb es obsesiva, realmente. Pero Tarryn tiene esta forma de escribir que te hace sentir cada lágrima, cada risa, cada palabra hiriente y cada sonrisa que los personajes comparten. Estar en la cabeza de Caleb y ver cómo fueron realmente las cosas, me aclaró un montón de dudas.
Con este libro terminé odiando al 100% a Leah, con los niños no se jode -.-
Estella es una cosita tan dulce*-* Lloré bastante con lo de Luca y Steve.
Un final de trilogía G-E-N-I-A-L